La misa dominical del 27 de abril fue especialmente significativa para cinco familias, cuyos hijos e hijas recibieron al Señor Sacramentado en sus vidas y corazones. En un ambiente de alegría, nuestro párroco destacó la importancia de recibir al Señor y dar testimonio cristiano en el mundo, recordando que Cristo vive entre nosotros y se hace presente en el sacramento del altar.
Asimismo, la comunidad pudo apreciar los arreglos realizados en el templo, como la ampliación del techo sobre el presbiterio y la nueva iluminación.